sábado, 19 de mayo de 2012

Salga el sol por Antequera...

Las características naturales de la Depresión de Antequera han hecho de ella lugar de tránsito y asentamiento de las distintas comunidades primitivas que desde el Paleolítico Medio se establecieron en la Península Ibérica.





En el siglo XVI, Antequera, llegó a convertirse en una de las más importantes ciudades de Andalucía por su gran actividad comercial, ya que se regulaba el tráfico de mercancias entre los ejes Sevilla-Granada y Málaga-Córdoba.








La fundación por los Reyes Católicos de la Colegiata de Santa María la Mayor, tendría una gran importancia para la vida cultural antequerana.

La Edad del Bronce, sin embargo, es la que nos ha dejado los más importantes restos prehistóricos como son el Conjunto Dolménico de Menga, Viera y El Romeral, fechado entre el 2.500 y 2.000 años a.d.c.





En la misma radicaba una Cátedra de Gramática y Latinidad por la que pasaron los más doctos preceptores, como Juan de Vilches, que propiciaron la gestación del Grupo Poético antequerano del manierismo y el barroco.



En lo que hoy es el cerro calizo sobre el que se asienta el Castillo árabe de la ciudad, existió un núcleo fortificado ibérico que posteriormente se transformó en la Antikaria romana.

En la Colegiata de Santa María recientemente aparecieron en este lugar los restos del histórico municipio romano.




Desde el siglo IV y hasta los comienzos del siglo XV, no tenemos demasiada documentación sobre Antequera, sin embargo la llegada de los árabes a la que pusieron el nombre de Medina Antaqira abre una nueva época de conflictos consecutivos tras la caída de los omeyas cordobeses.




La Antequera artística, va acumulando un riquísimo Patrimonio.

Desde mediados del siglo XIII, una vez conquistadas Sevilla y Jaén, es cuando Antaqira comenzó a tener importancia como fortaleza militar fronteriza.

Desde mediados del siglo XIII, una vez conquistadas Sevilla y Jaén, es cuando Antaqira comenzó a tener importancia como fortaleza militar fronteriza. Los monarcas castellanos comprendieron su condición de llave del reino de Granada y como tal intentaron conquistarla en distintos momentos.

Los monarcas castellanos comprendieron su condición de llave del reino de Granada y como tal intentaron conquistarla en distintos momentos.


Finalmente sería el Infante Don Fernando "el de Antequera" el que la tomaría definitivamente el 16 de septiembre de 1.410.



Las incorporaciones de Sevilla y Granada (1.492) a la Corona de Castilla cambiaron la condición de plaza militar de Antequera por zona de expansión urbanística y demográfica.


En un tiempo inferior a veinte años pasó de tener algo más de 2.000 habitantes a cerca de 15.000. La feracidad de sus tierras, que podían ser cultivadas sin el peligro a los ataques musulmanes, fue lo que originó esta oleada migratoria. Al igual que la agricultura, las actividades artesanales y mercantiles comienzan a tener importancia.



La fundación por los Reyes Católicos de la Colegiata de Santa María la Mayor, tendría una gran importancia para la vida cultural antequerana. En la misma radicaba una Cátedra de Gramática y Latinidad por la que pasaron los más doctos preceptores, como Juan de Vilches, que propiciaron la gestación del Grupo Poético antequerano del manierismo y el barroco.




En este período se construyen las parroquias de San Sebastian, San Juan Bautista y san Pedro, San Isidro y Santa María de la Esperanza. Las órdenes religiosas también comienzan a fundar en Antequera.

En el siglo XVI, Antequera, llegó a convertirse en una de las más importantes ciudades de Andalucía por su gran actividad comercial, ya que se regulaba el tráfico de mercancias entre los ejes Sevilla-Granada y Málaga-Córdoba.



Los conventos de San Zoilo, San Agustín, el Carmen, la Encarnación van levantando sus muros en una auténtica fiebre constructiva.


Junto a las construcciones religiosas también van apareciendo edificios civiles de importancia, tales como: Edificio Municipal, Arco de los Gigantes, Templete del Castillo del Papabellotas, Casa del Cabildo de la Plaza Alta, etc.

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